El cáncer de mama es el cáncer de la mujer más frecuentemente diagnosticado y la causa más común de muerte por cáncer ginecológico. Las formas demostradas de disminuir la tasa de muerte por ésta enfermedad son la detección temprana y tratamiento efectivo.
Detectar un cáncer de mama de manera temprana aumenta las probabilidades de que el tratamiento tenga éxito.

Con una revisión regular, podemos notar cualquier cambio que se presente, el mejor momento para hacerlo es una semana después de terminada la menstruación, cuando las mamas no están sensibles ni inflamadas. Si la menstruación no es regular, la autoexploración se puede realizar el mismo día todos los meses independientemente si hay embarazo o si se está dando lactancia materna, el tener implantes en la mama tampoco es motivo para dejar de hacerlo.

¿Cómo detectar el cáncer de mama?

Existen estrategias bien conocidas y establecidas para la detección oportuna de cáncer de mama:

Autoexploración

Parada frente al espejo es importante detectar bultos, cambios en la piel, zonas engrosadas, aumentos raros de tamaño o una mama más baja que otra. Observar los pezones, vigilar la presencia de secreción o sangre, cambios en la piel de los mismos como hoyuelos o retracción del pezón.

A continuación haciendo fuerza con las manos en la cintura, inclinándose ligeramente hacia adelante, forzando los hombros y los codos hacia delante observar si hay cambios en la apariencia y contorno de las mamas desde la última vez que se realizó exploración.

En el baño con la piel jabonosa, con el brazo izquierdo levantado, presionar con las yemas de 3 o 4 los dedos la mama izquierda. Después con el brazo derecho levantado explorar la mama de este lado. Se hace una presión de manera firme comenzando por la parte de fuera de la mama y sin levantar las yemas de los dedos avanzando haciendo círculos alrededor de la mama hasta llegar al pezón. De la misma manera, el área entre la mama y la axila.
Acostada, con la mano izquierda detrás de la cabeza, con los 3 dedos del medio de la mano derecha presionando sin prisa toda la superficie de las mamas. Iniciando por la parte de fuera y continuando alrededor de la mama en círculos, acercándose al pezón con cada círculo, después de arriba hacia abajo y del exterior al interior, al final oprimir suavemente y ver si sale líquido por el pezón. Haciendo lo mismo con la mama derecha. Para hacer esta exploración se puede poner una almohada o cojín debajo del hombro de la mama que se esté explorando. Si se encuentra algo que no estaba en la última exploración debe solicitar una revisión por un médico Ginecoobstetra.

Exploración clínica por un médico

La exploración mamaria también es esencial en la visita de rutina a tu ginecólogo, mediante los siguientes pasos valorará la presencia de patología:

Inspección: Consiste en la observación las mamas, la simetría, el color, la presencia de deformidades, lesiones cutáneas como úlceras o costras.

Palpación: la palpación sistemática de cada una de las mamas de forma circular desde la parte más cercana de la areola hasta la más exterior. Mediante la palpación valoraremos la consistencia de las mamas, si está constituida principalmente por tejido fibroso o graso, la presencia de nódulos, el tamaño, la movilidad y la forma de los mismos.

Expresión del pezón: la salida de leche, sangre, moco o pus debe ser valorada por tu ginecólogo.

Palpación de axilas y zona supraclavicular: estas zonas son las áreas de drenaje de la mama, por tanto cualquier problema en ellas dará lugar a la presencia de ganglios que podremos palpar.

La palpación mamaria bilateral, se puede completar si tu ginecólogo considera necesario mediante una ecografía mamaria o una mamografía.

Mamografía

Es una imagen radiográfica de la mama que se realiza anualmente en mujeres mayores de 35 años con un aparato de rayos X llamado mamógrafo que con muy baja dosis de radiación es capaz de detectar múltiples problemas y principalmente el cáncer de mama, incluso en etapas muy precoces de su desarrollo.
La mamografía tiene la capacidad de identificar lesiones antes de que puedan ser palpables y clínicamente manifiestos Este diagnóstico, efectuado en una fase muy precoz de la enfermedad, suele asociarse a un mejor pronóstico de curación, así como a la necesidad de una menor agresividad del tratamiento para el control del cáncer.
La mamografía, cuando detecta una lesión sospechosa de cáncer, la clasifica dentro de una categoría de BI-RADS (Breast Imaging-Reporting and Data System), las primeras etapas I y II son benignas, la III es probablemente benigna, mientras la IV y V aumenta la probabilidad de que sean malignas. En muchas ocasiones la mamografía puede revelar lesiones malignas sin que estas se palpen clínicamente.

Ecografía:

La ecografía mamaria sirve para estudiar las mamas bilateralmente en toda su extensión. Se recomienda su realización para detectar nódulos mamarios en mujeres de cualquier edad. Distingue los tumores sólidos de los quísticos, a través de las características ecosonográficas de cada uno de ellos. Además se utiliza como guía para punciones eco-dirigidas ante la sospecha de cáncer de mama.
La ecografía permite el estudio diferencial de nódulos o tumores que se palpan en la exploración clínica, que se visualizan en la mamografía, o que eventualmente han sido detectados en estudios de control.

La mamografía nos informa si hay alguna lesión de tipo benigna o maligna. De ser un nódulo mamográficamente de aspecto benigno, la ECOGRAFÍA nos permite conocer su contenido para saber si es sólido (fibroadenoma) o líquido (quiste). Lo cual no es posible determinar mediante la mamografía.